En un histórico suceso que puede ser el inicio de la colonización humana de Marte, el rover Perseverance de la NASA ha logrado convertir dióxido de carbono marciano en oxígeno, una primicia que señala el camino hacia la futura exploración al Planeta Rojo.
Mediante la utilización del instrumento experimental llamado MOXIE (Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment), que tiene el tamaño de una tostadora, el vehículo logró la compleja tarea que hace soñar a futuras generaciones sobre la posibilidad de respirar oxígeno producido en Marte, sin necesidad de transportarlo desde la Tierra. La prueba tuvo lugar el 20 de abril, el sexagésimo día marciano, o sol, desde que la misión aterrizó el 18 de febrero en el cráter Jezero.
Si bien la demostración de tecnología está en sus inicios, podría allanar el camino para que la ciencia ficción se convierta en un hecho científico: aislar y almacenar oxígeno en Marte para ayudar a impulsar los cohetes que podrían despegar naves con astronautas de la superficie del planeta. Estos dispositivos también podrían algún día proporcionar aire respirable para los propios astronautas. MOXIE es una investigación de tecnología de exploración, al igual que la estación meteorológica Mars Environmental Dynamics Analyzer (MEDA) -fabricada en España-, y está patrocinada por la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial (STMD) y la Dirección de Misiones de Exploración y Operaciones Humanas de la NASA.
“Este es un primer paso fundamental para convertir el dióxido de carbono en oxígeno en Marte”, dijo en un comunicado Jim Reuter, administrador asociado de STMD. “MOXIE tiene más trabajo por hacer, pero los resultados de esta demostración de tecnología son prometedores a medida que avanzamos hacia nuestro objetivo de ver algún día humanos en Marte. El oxígeno no es solo lo que respiramos. El propulsor del cohete depende del oxígeno y los futuros exploradores dependerán de la producción de propulsor en Marte para hacer el viaje a casa, agregó el especialista.
Para los cohetes o los astronautas, el oxígeno es clave, puntualizó el investigador principal de MOXIE, Michael Hecht, del Observatorio Haystack del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
En esta primera operación, la producción de oxígeno de MOXIE fue bastante modesta: alrededor de 5 gramos, equivalente a aproximadamente 10 minutos de oxígeno respirable para un astronauta. MOXIE está diseñado para generar hasta 10 gramos de oxígeno por hora. Esta demostración de tecnología fue diseñada para garantizar que el instrumento sobreviviera al lanzamiento desde la Tierra, a un viaje de casi siete meses a través del espacio profundo y al aterrizaje con Perseverance el 18 de febrero.
Se espera que MOXIE extraiga oxígeno al menos nueve veces más en el transcurso de un Año marciano (casi dos años en la Tierra). Estos periodos de producción de oxígeno vendrán en tres fases. La primera fase comprobará y caracterizará la función del instrumento, mientras que la segunda fase ejecutará el instrumento en diferentes condiciones atmosféricas, como diferentes horas del día y estaciones. En la tercera fase, dijo Hecht, “vamos a ir más allá”, probando nuevos modos de operación o introduciendo nuevos retos “como una puesta en marcha en la que comparamos operaciones a tres o más temperaturas diferentes”.
El proceso de conversión requiere altos niveles de calor para alcanzar una temperatura de aproximadamente 800 grados Celsius. Para adaptarse a esto, la unidad MOXIE está fabricada con materiales tolerantes al calor.
(Tomado de infobae.com)