Un humilde inmueble del sector Pasaje Valle, donde vivían siete familias, quedó reducido a cenizas por el voraz incendio desatado el lunes último desde la 1:30 de la tarde. Las llamas, explosiones y la inmensa humareda mantuvieron en jaque a todo el vecindario, ubicado entre los distritos de Parcona y La Tinguiña.
La familia del señor Sergio Augusto Quispe Bautista (75) cuenta que todo fue rápido y que no saben qué fue lo que ocasionó el incendio en la parte delantera del inmueble multifamiliar, ubicado en Pasaje Valle N° 130.
Indican que cuando advirtieron las llamas ya no pudieron salir por la puerta principal, por lo que tuvieron que huir escalando las paredes de la parte posterior; mientras que al anciano padre lo tuvieron que ayudar para que escape del fuego y se ubique en lugar seguro. Los estallidos de los balones de gas acrecentaron el pánico de los vecinos que tuvieron que evacuar las viviendas colindantes.
Mientras esperaban la llegada de los hombres de rojo, los vecinos en una actitud solidaria y protegiendo a la vez sus viviendas, con apoyo de escaleras rústicas subieron a los techos de la parte posterior y desde allí arrojaban agua en baldes. También se sumaron serenos de Ica, mientras que la Policía cercó el área.
Después de 20 minutos llegó la primera motobomba de los bomberos, El agua de su vehículo rápidamente se agotó y las llamas seguían amenazantes. Pese a la heroica labor de los bomberos voluntarios, los vecinos traían en todo tipo de recipientes el agua almacenada en sus viviendas por el racionamiento que les hace Emapica, la cual era arrojada desde el techo hacia otro punto vulnerable de la vivienda en llamas.
El tiempo avanzaba, el agua se agotaba y las llamas no se extinguían, incrementando la incertidumbre. A las 2:20 de la tarde llegó otra motobomba de los bomberos y los potentes chorros de agua lanzados no sofocaron el incendio.
Finalmente llegaron una tercera motobomba de los bomberos y una cuarta de la empresa Emapica-OTASS, cuya agua aportada sirvió para conjurar el peligro cerca de las 3:00 de la tarde.
Felizmente no hubo ninguna víctima que lamentar, salvo el dolor y sufrimiento de siete familias que perdieron todas sus pertenecías, mientras que su vivienda quedó inhabitable. Ellos esperan la ayuda solidaria de las autoridades.
Daniel Bravo Dextre