Cómo sentirnos seres humanos dignos de uno mismo

Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera

 Past Decano del Consejo Regional de Ica

Colegio de Periodistas del Perú

Reg. FPP. 5385

Reg. CPP. 030

Todos lo sabemos, algunos no, que la dignidad de la persona solo se refiere al ser humano, es por eso que se constituye en el fundamento de las libertades y las igualdades de los derechos. La dignidad es la obligatoriedad moral y jurídica de respetar los bienes que consisten los derechos humanos. Dignidad es tener la expresión profunda del saber que es el respeto por los seres humanos, de la empatía que existe entre nosotros y del valor de cada individuo. La dignidad es compartida por todas las personas y las culturas que existen.

La privacidad, la cortesía, la buena comunicación la apertura y la franqueza, la calidez y la amabilidad, contribuyen a que una persona sienta que quién es se comprenda adecuadamente y se refleja en su trato digno. La identidad, la resiliencia y la autonomía muchas veces son atacadas por prácticas de personas que ignoran estos sentimientos. Pero, la dignidad humana significa reconocer el valor que ya es inherente a una persona que, por cualquier motivo o circunstancia, haya visto menoscabada su consideración.

Una persona puede perder su dignidad si se deja utilizar por otros y muchas veces es instrumento y menosprecio por los demás. Tener dignidad es la creencia de que todas las personas, sin importar su estado o habilidad, de dónde viene o qué apariencia tiene, porque poseen el mismo valor como seres humanos. La dignidad es el “por qué” tu importas y debemos tratarnos unos a otros de manera positiva, compasible y respetuosa. Mi dignidad soy yo, tu dignidad eres tú, todo el mundo tiene dignidad.

Para tener una vida digna de uno mismo, es fundamental poder vivir sin miedo y tener autonomía. La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto, es decir, todos merecemos respeto sin importar como seamos. La dignidad es la capacidad de establecer un sentido de autoestima y respeto por uno mismo y poder disfrutar del respeto a los demás. La dignidad podemos definirla como tener el valor y el respeto que todo ser humano merece.

A esta situación se le ha llamado “el ingrediente que da dignidad a la existencia humana”. Y si no te sientes a gusto contigo mismo, puede que te desagraden otras personas también. Muchas veces has dicho “Nada de lo que hago me sale bien”. Qué razón pudiera haber que veas a ti mismo de modo tan pesimista. Puede ser que tus limitaciones te frustren. Seguramente eres joven y estas “creciendo”, y a menudo suceden por un período de “tropiezos que tienen uno en la vida” y que a diario pasan la vergüenza de dejar caer las cosas solo en tropezar con ellas, simplemente porque no tienes la experiencia que ayuda al adulto a recuperarse de la desilusión.

¿Cómo puedes reforzarte en tu propia estima? Lo primero, examina honradamente los factores personales que te favorecen y los que no. Verás que muchos de los factores favorables son bastantes insignificantes. Hay defectos graves, como el de tener mal genio o ser egoísta. Esfuérzate a conciencia por vencer estas debilidades y así puedas desarrollar tu amor propio y estima propia. No vas a cultivar dignidad sentándote a esperar que otros te traten a cuerpo de rey. Por eso, conócete a ti mismo. Siéntete digno; todo es un proceso y varia con el tiempo, pero trabajar en estos aspectos ayuda a desarrollar un sentimiento sólido de respeto por uno mismo.

Debes actuar con honestidad y responsabilidad, refuerza la dignidad que tienes. Sé amable contigo mismo en los momentos de dificultad y aprende a perdonarte, eso te ayuda a comprender que todos cometemos errores, pero estos no definen tu verdadero valor. Siempre conéctate con un propósito o metas que tienes que alcanzar porque da sentido a tu vida y te hace sentir que estás viviendo de manera significativa para después darte cuenta que estas rodeado de personas que te respetan y valoran tu valor.

Siempre reconoce tus esfuerzos y progresos, aunque sea mínimo. Eso es elevar tu autoestima y puedas ayudar a otros. James Frey dijo: “cuando le quitas a un hombre su dignidad, creas un agujero negro lleno de desolación, humillación, odio, vacío, pena, desgracia y pérdida que se convierte en el peor infierno. Nunca sacrifiques tu dignidad por tu destino.

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