
Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia
de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica
Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones
El 9 de diciembre de 1824 se protagonizó un suceso de trascendencia universal, como lo sostiene el general Juan Urbano Revilla, presidente del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú. Dentro de la historia del Perú independiente, se protagonizó un conjunto de batallas y otros hechos memorables que se han quedado para siempre en la memoria de los peruanos y en los registros sobre estos sucesos. Hasta fines del siglo XIX se anota que existieron en Lima y otras ciudades varios sobrevivientes de Junín y Ayacucho, y de otras glorias asociadas a la independencia del Perú y de América.
Este año, en el Perú, lleva el nombre alusivo a la conmemoración por el Bicentenario de las batallas de Junín y de Ayacucho, siendo la ocasión propicia -durante todo el año que termina- para evocar a quienes hicieron posible esta gloria que consolidó la independencia nacional, con la sangre de muchos peruanos y americanos, y unos pocos de otros continentes.
Cuando la patria americana convocó a sus hijos para luchar por su libertad, acudieron a su llamado retoños del continente desde todos sus rincones, y Ayacucho -gesta heroica por la independencia de América- no fue la excepción, ya que, en esta memorable batalla, como ocurrió en Junín hacía unos meses, los americanos actuaron en bloque por un sentimiento de empatía con el Perú, por el entendimiento de que “La patria, es América”.
La lucha por la libertad y la democracia convocó a los americanos que se habían propuesto obtener una situación de igualdad frente a otras naciones del mundo. Y fue esa conducta inspirada en el romanticismo, lo que llevó a muchos americanos a luchar en Pichincha, Junín y Ayacucho, como en otras batallas por la libertad de su patria.
En cada país hay batallas memorables por su independencia. Ayacucho y Junín están en la memoria colectiva de los peruanos; Chacabuco y Maipú lo están entre los chilenos; la batalla de Pichincha en Ecuador; en Perú también hay otras batallas que, como Zepita y Moquegua, de las que en el 2023 se conmemoró el bicentenario de su protagonismo, quizá por haber sido derrotas para los patriotas, no se recuerdan colectivamente, como las de Junín y Ayacucho.

Quizá es dable señalar que la lucha por la libertad e independencia del Perú, tuvo en la victoria de Ayacucho el comienzo para la delegación de poder a sus autoridades a través de mecanismos democráticos, como ya se había ensayado en 1810, 1812 y 1822. Después de 1824 se asomaría la democracia como una práctica azotada por muchas sombras, pero que, al fin triunfante, sigue presente en el desarrollo nacional.
La batalla de Ayacucho fue un suceso protagonizado el 9 de diciembre de 1824 en Pampa Quinua, en las alturas de Huamanga, ubicada a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, en las cercanías de la ciudad de Ayacucho. Y tal fue su trascendencia que se convirtió en uno de los hechos más memorables de la gesta por la independencia del Perú y de América, tomándosele como una coyuntura para hablarse del Perú, antes de Ayacucho y después de Ayacucho.
En el encuentro, protagonizado en el contexto de las guerras por la independencia, se enfrentó el ejército patriota bajo el mando del mariscal Antonio José de Sucre, con fuerzas patriotas amigas, que en conjunto se enfrentaron a los realistas americanos y españoles, reacios a aceptar la independencia que ya resultaba indetenible.
Antes de la batalla final, se propuso a los realistas la firma de un armisticio -tras el que se alejarían del Perú- reconociendo su independencia, pero más pudo la negativa de parte de ellos por la fidelidad hacia su monarca. Esto no impidió que a las 8 de la mañana, antes de iniciar el enfrentamiento, los parientes y amigos que estaban en bandos contrarios se estrecharan en abrazos de despedida, como fue el caso de Ramón Castilla con respecto a su hermano Leandro, que era realista.
Es conocido que al final de la batalla el triunfo fue de los independentistas, con la consiguiente derrota de las fuerzas realistas, con lo que se aseguró la independencia de Hispanoamérica, como se informó de inmediato al general Bolívar, quien no participó en este acto. Se acababa así el dominio hispano, el continente fue liberado en medio del triunfo de los patriotas que vieron coronada su victoria en Pampa Quinua.

La batalla Ayacucho y el Bicentenario
Tan presente se mantiene esta gesta que no solo hay calles y avenidas con el nombre de Ayacucho. Hay clubes, organizaciones culturales, en Lima uno de los principales paseos capitalinos se llama 9 de Diciembre, y el nombre de sus principales protagonistas también está en la nominación de las calles. Ayacucho siempre estará presente en la memoria nacional, generaciones tras generaciones siempre tendrán en el recuerdo los sucesos del 9 de diciembre de 1824, la memoria de los combatientes así lo demanda.
El 2021, pese a las limitaciones impuestas a causa de la pandemia que estremeció al mundo, fue un año especial para los peruanos, se conmemoró el Bicentenario de la Proclamación de la Independencia y esta conmemoración continuó hasta diciembre del 2024, al cumplirse 200 años de la batalla de Ayacucho.
Si bien la presencia del Ejército Libertador fue decisiva para el logro de la independencia, antes de su llegada ya los pueblos peruanos manifestaron abiertamente su deseo de ruptura con el régimen hispano, desde la segunda mitad del siglo XVIII, precedidos de otros sucesos que desde 1532 expresaron un rechazo a la conquista hispana.
Todos los sucesos singulares que desde las rebeliones de los tallanes de Tumbes y Piura hicieron sentir a las huestes hispanas que los pueblos nativos eran amantes de su libertad e independencia, son parte de una relación cronológica documentada, que en varias placas se muestran a los visitantes que llegan hasta el Panteón Nacional de los Próceres, santuario patriótico creado en 1924, que se encuentra bajo la administración del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú.
Sobre la batalla de Ayacucho y sus principales protagonistas se ha escrito muchos libros, hay ensayos, artículos incontables, biografías de los hombres y mujeres de la causa por América que estuvieron en Ayacucho, movidos por el ideal del romanticismo que les inspiraba a dar sus vidas por una causa que consideraban justa, por ese ideal de tener a América como su patria y no al estricto espacio de su nacimiento.
El Centenario de Ayacucho generó la organización desde el gobierno que en una serie de actos buscó destacar la trascendencia de lo rememorado, siendo la ya mencionada inauguración del Panteón Nacional de los Próceres, quizá el acto más llamativo, en medio de los debates que se vivían por el indigenismo que valoraba el rol de la población nativa en la sociedad peruana, en todos los campos del quehacer social.
Sin embargo, pasaría mucho tiempo para que se entronice junto a los otros, a los peruanos de oriundez nativa, con el reconocimiento que se les debió tributar desde el comienzo por haber dado sus vidas -junto a los mestizos y criollos- por la libertad e independencia del Perú. En la gesta de la independencia no solo hubo generales y coroneles, estuvo el pueblo que, con soldados, cabos y sargentos, dieron su sangre y su vida por la patria; de igual manera fue notable la participación de las rabonas, como lo mencionara tempranamente la escritora Flora Tristán.
En 1974 grandes ceremonias se vivieron en medio del protagonismo de un gobierno militar; el Sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho no pasó desapercibido, como tampoco lo hubiese pasado si el gobierno de 1974 hubiese estado en manos de civiles. Ahora, en el 2024, diversos organismos estatales, y no pocos particulares, han conmemorado el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho, siendo Pampa Quinua el escenario principal para esta evocación. Y, al respecto, como se dio a conocer a través de este diario, en el Museo del Jurado Nacional de Elecciones hay una exposición temporal conmemorativa, que estará abierta al público hasta el 15 de enero próximo.